En este post vamos a intentar explicar cómo están hechos por dentro los colchones viscoelásticos Viscoform y por qué hemos elegido precisamente los materiales de los que están formados.
Seguro que has oído y leído muchas veces que los colchones viscoelásticos son una de las opciones más avanzadas tecnológicamente hablando. Gracias a campañas masivas de publicidad habrás llegado a relacionar la palabra “viscoelástico” con la marca de una mano en una espumación. Posiblemente también tengas la idea de que algo tiene que ver la temperatura con la mayor o menor dureza del material. Sin embargo, un colchón viscoelástico no está construido sólo con materiales viscoelásticos. Es mucho más interesante que eso.
Los colchones viscoelásticos Viscoform están compuestos de varias capas de material espumado formando una “pastilla” rectangular o núcleo que luego se mete en una funda compuesta a su vez por varios materiales (os hablaremos de ella en un próximo post). Cada una de esas capas tiene una función por lo que el tipo de material que se usa en ella y la forma que se le da están cuidadosamente elegidos para que desempeñen esa función de manera eficaz.
La principal función del colchón es proporcionar soporte al cuerpo, es decir, aguantar el peso de cada una de sus partes de forma que el esqueleto se encuentre en una configuración adecuada para que los músculos y ligamentos puedan estar relajados durante el descanso. Con ello se persigue que puedan recuperarse de los esfuerzos a los que están sometidos durante el día y se reduzcan o eliminen las molestias y el dolor. Por ejemplo, la zona baja de la espalda tiene una forma fisiológica curvada hacia dentro del cuerpo. Cuando nos sentamos en la oficina o en el coche esa curvatura se aplana y causa tensión constante en los músculos de la columna vertebral. Un colchón bien diseñado permite que la curvatura fisiológica se recupere y los músculos y ligamentos de la columna se puedan recuperar. También es necesario que el colchón favorezca posturas que reduzcan la compresión de los órganos internos y la sobrepresión en zonas del cuerpo como las caderas, los talones o los hombros. Otra función básica que el colchón debe proporcionar es permitir que el exceso de calor y humedad que genera el cuerpo en el proceso de regulación térmica se elimine al ambiente. Es decir, que el colchón debe ser transpirable y presentar la resistencia a paso del calor justa.
Las funcionalidades anteriores se pueden lograr con las combinaciones de materiales y las geometrías que mencionamos antes. Todos los materiales con los que se fabrican los núcleo tienen en común que están fabricados en forma de espumación, es decir, el material está relleno de burbujas de aire. A continuación os los describimos.
Capa(s) de soporte
Los colchones viscoelásticos Viscoform cuentan con una o dos capas de soporte, formando la parte inferior del núcleo y que aguantan el peso de cada parte del cuerpo de manera diferencial. Son materiales poliméricos elásticos (hacen fuerza cuando se comprimen y recuperan su forma inicial cuando se dejan de comprimir) de los que se pone un espesor mayor en las zonas del cuerpo que tienen una forma cóncava (la zona lumbar, la parte posterior de las rodilla) y menos espesor en las zona convexas (zona alta de la espalda, zona de la pelvis).
Los materiales pueden ser muy distintos, en función de los componentes a partir de los que se fabrican. En términos muy simplificados, una espumación para colchones se obtiene mezclando dos componentes líquidos que al unirse crean gas y al expandirse éste se forman burbujas de forma parecida a como crece un bizcocho en el horno. Según la receta que se utilice el “bizcocho” saldrá más o menos esponjoso, será más o menos consistente o tendrá otras propiedades. La gran ventaja de este tipo de materiales es que son muy versátiles y se puede hacer un diseño a medida de cada necesidad. Por desgracia, no es fácil transmitir al cliente qué propiedades debe tener una espumación para ser de mejor calidad que otra. Hay que evaluar la calidad que demuestra el fabricante en los ensayos de producto finalizado mediante ensayos como el de la norma EN 1957. Lo que sí podemos pedir es que nos cuenten la densidad aparente de la espumación. Es decir, cuánto pesa un cubo de 1 m de lado hecho con esa espumación. A igualdad de composición, cuanta mayor densidad tengamos en la espumación, mejor será el material por la simple razón de que hay más polímero y menos aire. No podemos esperar que dure lo mismo un colchón con una capa de soporte de 20 kg/m3 que otro fabricado con una espumación de 50 kg/m3. Nuestros colchones cuentan con capas de soporte de alta densidad para garantizar un producto de vida útil muy prolongada.
Además de la anterior, se pueden incorporar una capa de material espumado especialmente firme en la parte más baja del núcleo para formar una base rígida que evite perder las ventajas de soporte por un lecho demasiado flexible, como podría ser un somier de láminas de madera. En algunos modelos a esta capa se le realiza un mecanizado que permite doblar el colchón de forma que se adapte perfectamente a camas con lechos articulados.
Capa de adaptación
Por encima de las capas anteriores se coloca una capa de material espumado viscoelástico. Este término describe el comportamiento intermedio entre el de la elasticidad (deformación bajo una fuerza y recuperación inmediata tras retirar la fuerza) y la plasticidad (deformación permanente al aplicar una fuerza). Por poner ejemplos de la vida diaria, las viscoelásticas son espumaciones que se comportan como la arcilla, que se adapta perfectamente al cuerpo cuando las comprimimos pero recuperando su forma cuando retiramos la fuerza, como haría una regla de plástico.
La viscoelástica surgió como resultado de la búsqueda de materiales que redujeran la presión que sufrían los astronautas por la aceleración de los cohetes. La ventaja fundamental que tienen es que se comportan como si fueran un líquido viscoso, adaptándose perfectamente al cuerpo cuando nos apoyamos sobre ellos pero volviendo a su forma inicial al retirar el apoyo. Por eso se utiliza en la zona más alta del núcleo, para adaptarse perfectamente a los contornos curvados del cuerpo humano cada vez que te apoyas. Por esta razón siempre hay que utilizar la viscoelástica unida a un material de soporte puesto que por sí misma sólo puede ceder hasta quedar con la forma del cuerpo.
Estos materiales tienen la propiedad adicional de que su carácter casi líquido es más pronunciado cuando la temperatura es alta que cuando es baja, aunque esto en sí mismo solo es algo que debe tener en cuenta el diseñador para que el colchón sea confortable tanto en invierno como en verano.
Los materiales viscoelásticos se fabrican también siguiendo la técnica del “bizcocho”: mezcla de componentes líquidos que generan un gas que esponja el material resultante. Por la misma razón, según sean los componentes utilizados y el resto de partes de la “receta” se obtienen unas propiedades u otras. La densidad de los materiales da idea de la durabilidad que van a tener, por lo que no es lo mismo si es de 70 kg/m3 (como en los colchones Viscoform) que si es 50 kg/m3 como en muchos colchones de gama baja. El espesor que utilizamos están en función de la geometría del cuerpo (ponemos mayor espesor en las zonas que sobresalen, como la zona dorsal o la pelvis) y del peso de cada parte del mismo. Poner la cantidad justa de material viscoelástico en cada aplicación concreta es uno de los secretos de los mejores fabricantes de colchones viscoelásticos pues si se sabe hacer, se obtiene productos muy confortables a precios razonables.
Otra característica muy importante es la firmeza que proporcionan las espumaciones viscoelásticas. En Viscoform utilizamos distintos niveles de firmeza para adaptarnos a cada tipo de necesidad (incluso para proporcionar dos firmezas distintas en un mismo colchón, como es el caso del Duo Sense). En el sector se suele hablar de espumaciones viscoelásticas suaves (o soft), espumaciones medias y espumaciones firmes.
Finalmente, hay que tener en cuenta que la capa de adaptación es, junto a los acolchados y las fundas, la que está en más cerca de la piel y debe permitir que el exceso de calor y de humedad producidos por el cuerpo se puedan eliminar hacia el ambiente. Por ello, en Viscoform elegimos viscoelásticas en las que las burbujas que se producen durante la espumación estén unidas entre sí, de forma que al final lo que se tenga es una red de conductos por los que puede circular el aire libremente, incluso al estar comprimidas. De este modo se persigue facilitar al máximo la sustitución del aire caliente y húmedo del interior por aire más frío y seco que hay en el ambiente.
Pinchando sobre la imagen que hay a continuación podréis ver un vídeo en el que podréis observar la diferencia de comportamiento entre espumaciones viscoelásticas y espumaciones elásticas.