¡Mamá, cuéntame un cuento! ¿Cuántas veces has oído esto? ¿Cuantas veces recuerdas haberlo dicho tu?
Recuerdo este momento de complicidad con mi hijo, cada noche repetíamos el mismo ritual, el libro gordo de los cuentos, “365 Cuentos”, uno para cada día del año. Yo empezaba leyendo el cuento, pero no podía evitar cambiarlo, poner cosas de mi “cosecha”, actualizarlo y que el trovador llevará un Mp3, o que al dragón lo llevaran a la protectora de animales y no tuviera que asustar mas a nadie, en fin cosas de madres 🙂
Mucho ha llovido desde entonces, han cambiado las ropas, las camas, las cunas, los libros, ahora podemos tenerlos en papel, en Ebook o los leemos de la tablet directamente, el resto no ha cambiado nada, todo sigue igual, el momento de irse a la cama sigue imperturbable, la complicidad de tener para ellos solos, al papa o a la mamá, el momento relax, que con nuestra suave voz, de tono tranquilo y relajado, los llevamos a mundos de color pastel, de princesas y dragones, de ratoncitos felices, de caperucitas rojas y lobos, poco a poco sus ojos empiezan a parpadear, se niegan a cerrarlos, siguen intentado seguir el cuento, seguir despiertos, pero en unos pocos minutos su cara se relaja, se duermen y quien sabe si se transforman, si entran en el mundo de los cuentos y en sus sueños se convierten en princesas o caballeros andantes y casi seguro que algunos en verdaderos diablos, como lo son durante el día.
Tengo que confesar que me encantan los niños, jugar con ellos hasta el agotamiento y algunas veces hacerles rabiar también, 🙂 todo forma parte del juego.
Hace mucho que nadie me pide que le lea un cuento, añoro escuchar “mamá cuéntame un cuento”, supongo que el siguiente paso será “abuela cuéntame un cuento”.
!Felices sueños a todos!